Hay motes que son imborrables, quedan grabados eternamente y es imposible quitarlos. Esa parece ser la suerte del Ferro Carril Oeste de Carlos Timoteo Griguol, del Ferro de Griguol para todos, un equipo que se formaba desde la solidez de su defensa, que no hacía figura a los arqueros rivales sino a sus propios delanteros, con un fútbol poco vistoso es verdad, pero muy efectivo que comenzó en 1981 con dos subcampeonatos, solo por detrás del Boca de Marzolini, Brindisi y Maradona y de River, más adelante obtendría los únicos dos títulos de su historia. Sin embargo para muchos, era defensivo y aburrido.
Fue el propio Timoteo el que se acercó a la dirigencia verdolaga a suplicar que no vendieran a ningún jugador de ese equipo porque estaba seguro de que con esa base, el futuro iba a ser mucho más alentador teniendo en cuenta la experiencia obtenida anteriormente.
Y parece que el Viejo tenía razón, porque en 1982 Ferro no solo fue campeón derrotando a Quilmes en la final, sino que lo hizo en forma invicta ganando 16 partidos y empatando los 6 restantes, además Carlos Barisio, el arquero de aquel equipo, mantuvo su valla invicta por 1.076 minutos y tuvieron como figura a Miguel Ángel Juárez, que se consagro goleador del Nacional con 22 tantos. Con el titulo obtenido, los de Caballito se ganaron la posibilidad de participar en la Copa Libertadores de 1983 donde compartieron grupo con el Estudiantes de Bilardo y los trasandinos Cobreloa y Colo-Colo y a pesar de quedar eliminados en primera ronda por los magros resultados conseguidos, dejaron muy bien parado al futbol argentino.
Pero el pico máximo llegaría en 1984, con un equipo que logró continuar en los primeros planos a pesar de las partidas del goleador Juárez, el ídolo Saccardi y Juan Domingo Rocchia, que había sido uno de los baluartes de la defensa del campeonato anterior. Con Cañete, Arregui y Acosta, que jugaban al ritmo de Alberto Marcico, quien para muchos fue el mejor atacante de la historia del club, Ferro se consagró campeón derrotando en la final al River que tenia como bandera a Francescoli y Alonso en el Monumental por 3 a 0 y en el Ricardo Etcheverri por la mínima, en un encuentro que no pudo finalizar por incidentes en la tribuna visitante que privaron injustamente a los locales de dar la vuelta olímpica por los incendios provocados en los tablones. Otra vez tuvieron la chance de disputar la Copa Libertadores de 1985 y volvieron a quedar eliminados en primera ronda en el grupo integrado por Fluminense, Vasco Da Gama y el posterior campeón Argentinos Juniors.
Griguol se mantuvo con regularidad al frente del primer equipo hasta mediados de 1987 cuando abandonó su cargo y fue reemplazado por Miguel Ángel López. La prensa siempre convivió en contra de aquel equipo y el entonces entrenador de Oeste tuvo una encarnizada lucha con Horacio Pagani, líder del Grupo Clarín, que permanentemente criticaba las actuaciones de su equipo por discrepar con el técnico en las ideas de juego.
Actualmente Ferro deambula por la B Nacional luchando por no descender y administrado por un órgano fiduciario que intenta recuperar la entidad de la quiebra, una realidad que dista demasiado de su rico pasado. Lo cierto es que nadie por Caballito va a olvidarse jamás del gran Timoteo y los pocos años que le bastaron para escribir la página más gloriosa en la historia del club de la mano de un equipo que jugaba bárbaro y desgastaba a sus rivales física y futbolísticamente hasta reducirlos a nada para quedarse siempre con la inobjetable victoria.
Fue el propio Timoteo el que se acercó a la dirigencia verdolaga a suplicar que no vendieran a ningún jugador de ese equipo porque estaba seguro de que con esa base, el futuro iba a ser mucho más alentador teniendo en cuenta la experiencia obtenida anteriormente.
Y parece que el Viejo tenía razón, porque en 1982 Ferro no solo fue campeón derrotando a Quilmes en la final, sino que lo hizo en forma invicta ganando 16 partidos y empatando los 6 restantes, además Carlos Barisio, el arquero de aquel equipo, mantuvo su valla invicta por 1.076 minutos y tuvieron como figura a Miguel Ángel Juárez, que se consagro goleador del Nacional con 22 tantos. Con el titulo obtenido, los de Caballito se ganaron la posibilidad de participar en la Copa Libertadores de 1983 donde compartieron grupo con el Estudiantes de Bilardo y los trasandinos Cobreloa y Colo-Colo y a pesar de quedar eliminados en primera ronda por los magros resultados conseguidos, dejaron muy bien parado al futbol argentino.
Pero el pico máximo llegaría en 1984, con un equipo que logró continuar en los primeros planos a pesar de las partidas del goleador Juárez, el ídolo Saccardi y Juan Domingo Rocchia, que había sido uno de los baluartes de la defensa del campeonato anterior. Con Cañete, Arregui y Acosta, que jugaban al ritmo de Alberto Marcico, quien para muchos fue el mejor atacante de la historia del club, Ferro se consagró campeón derrotando en la final al River que tenia como bandera a Francescoli y Alonso en el Monumental por 3 a 0 y en el Ricardo Etcheverri por la mínima, en un encuentro que no pudo finalizar por incidentes en la tribuna visitante que privaron injustamente a los locales de dar la vuelta olímpica por los incendios provocados en los tablones. Otra vez tuvieron la chance de disputar la Copa Libertadores de 1985 y volvieron a quedar eliminados en primera ronda en el grupo integrado por Fluminense, Vasco Da Gama y el posterior campeón Argentinos Juniors.
Griguol se mantuvo con regularidad al frente del primer equipo hasta mediados de 1987 cuando abandonó su cargo y fue reemplazado por Miguel Ángel López. La prensa siempre convivió en contra de aquel equipo y el entonces entrenador de Oeste tuvo una encarnizada lucha con Horacio Pagani, líder del Grupo Clarín, que permanentemente criticaba las actuaciones de su equipo por discrepar con el técnico en las ideas de juego.
Actualmente Ferro deambula por la B Nacional luchando por no descender y administrado por un órgano fiduciario que intenta recuperar la entidad de la quiebra, una realidad que dista demasiado de su rico pasado. Lo cierto es que nadie por Caballito va a olvidarse jamás del gran Timoteo y los pocos años que le bastaron para escribir la página más gloriosa en la historia del club de la mano de un equipo que jugaba bárbaro y desgastaba a sus rivales física y futbolísticamente hasta reducirlos a nada para quedarse siempre con la inobjetable victoria.
¡¡ carlos timoteo griguol ¡¡¡¡¡¡¡ , fué entrenador nuestro ¡¡ ¡ lo sabías ??
ResponderEliminarGran equipo aquel de Ferro. Pero debo decirte algo, ya que lo viví desde adentro.
ResponderEliminarEl juego no vistoso y aburrido que destacás como opinión de muchos fue la manija periodística del entonces Grupo Clarín que no vendía si ganaba un equipo chico. Esto también lo podés ver en la famosa discusión de Fabri con el payaso mediático.
El Ferro de Griguol fue un equipo que se armó en años y duró en la cima del fútbol argentino otros cinco años.
Era increíble ver tipos como Rocchia, Saccardi, Héctor Arregui en un principio como, con sus corpachos ponían presencia y juego.
Rocchia no sólo fue el mayor defensor goleador después de Passarella. La venta de Saccardi en el 75 permitió la platea de cemento. Juárez, si bien fue goleador una temporada fue de menor peso igual que Crocco.
Aquel equipo también fue el que terminó de enseñar a jugar al ciruja Garré, luego mundialista.
Carlos Arregui, también seleccionado, fue un gran valor de equipo: lento como ninguno pero sólido como el mas.
Márcico fue lo mejor de la historia de Ferro. Vino para quitarle el puesto a un monstruo como el uruguayo Jiménez (después me lo encontré en su casa de deportes de Liniers).
Un equipo que hizo historia. Un equipo que ganaba en todos lados. Que todos sabían como jugaba y nadie le podía ganar.
Un equipo irrepetibel que hasta hizo récord a un arquero sin manos como Carlitos Barisio.
Un saludo.
No sabía que Ferro tenía un historial para recordar y celebrar.
ResponderEliminarSaludos.
Una pena que esté pasando por la situación actual este club que, por lo que dices, tiene una bonita historia. Buen post.
ResponderEliminarUn saludo desde Fútbol y más fútbol
loco estas entre mis paginas amigas en expedienteracing.blogspot.com
ResponderEliminarfalta que vos me pongas.un abrazo
Que tal Matías, no sabía de la actualidad de Ferro. El trabajo de años da frutos y aquél Ferro, por lo que dicen aquí, cosechó triunfos por esa razón.
ResponderEliminarInteresante lo que menciona Calígula y es verdad, la prensa vende menos cuándo los chicos se hacen fuertes.
Un abrazo.
Hola Matías! Acabo de ver tu blog!!
ResponderEliminarTe he añadido a seguidores y te visitaré a menudo.
Un saludo!!
http://prismaverdiblanco.blogspot.com/
Jode demasiado que en aquella época cierto sector del periodismo criticar al Ferro de Timoteo por su juego. Lamentablemente, justo les calló la jeta a esos bocones. Hoy Ferro, lamentablemente, vive a los tumbos.
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