lunes, 1 de agosto de 2011

La elegancia del hombre sencillo


La Castellane es un barrio marginal de las afueras de Marsella que se caracteriza por la actividad portuaria, la gran cantidad de inmigrantes árabes que adornan su paisaje y por haber formado en sus calles a uno de los futbolistas más grandes de todos de los tiempos. Su legado es humilde pero se enorgullece de Zinedine Zidane, el paradójico protagonista de una de las transferencias más caras de la historia del fútbol. Una gigantografía imponente que retrata la cara del ídolo popular en lo que se delata como la entrada del suburbio da cuenta de ello.
Zizou creció gambeteando pobreza. El barrio es cómplice en los sueños de grandeza de todos aquellos que hoy atraviesan lo mismo. Los muros son mudos testigos, como suele decirse. No es necesario haber estado ahí para darse cuenta; alcanza con escuchar los deseos de cada uno de los jóvenes que alimentan la esperanza de ser como Zidane algún día. Son miles y quizás ni siquiera uno de ellos pueda cumplir el objetivo. Es la triste contracara del fútbol, que al igual que el boxeo, se convierte muchas veces en el único medio de subsistencia.
Así la peleó Zidane mientras instruía una calidad maestra. No le gustaban mucho las pruebas pero aceptó la del Cannes. Se fue por una semana y se quedó seis años. Nadie entendía como había hecho Alain Pedretti, el presidente del club, para despegarlo de su familia. En su segunda temporada en Primera metió su gol bautismal y apareció en la casa de sus padres con el Renault Clio rojo que el dirigente le había prometido. Todo tuvo más sentido en ese momento.
El descenso del Cannes le abrió las puertas del mundo. Burdeos lo contrató y fue citado por primera vez a la selección francesa en 1994. Por una ocurrencia de Christophe Dugarry empezó a ser Zizou; Zinedine era incomodo para comunicarse dentro de la cancha y el delantero lo rebautizó. Con les Girondins ganó la Copa Intertoto y fue finalista de la UEFA dejando en el camino al Betis con un golazo desde la mitad de la cancha.
La Juventus lo elevó al fútbol de elite y aunque ganó todo desde su primera temporada en Italia, el hecho de haber derrotado al River de Enzo Francescoli en la Copa Intercontinental no le permitió festejar. El uruguayo era su ídolo y Zidane sabía que por su edad no volvería a tener la posibilidad de consagrarse campeón del mundo. Ni siquiera haberse convertido en uno de los mejores futbolistas del momento alteró sus principios.
En la Vecchia Signora pasó sus mejores años, los mismos que compartió con la selección. Fue el comandante de la gesta de Francia en el Mundial 98’. Zidane fue la gran figura de ese equipo y el autor de uno de los goles en la final frente a Brasil. Cerró el año siendo Balón de Oro y festejó 1999 como el mejor jugador del mundo según la FIFA. En el 2000 cerró el ciclo dorado de la selección francesa con el título en la Eurocopa. Su mito ya había superado a Michel Platini.
En el verano del 2001 Florentino Pérez lo fichó para iniciar la Era Galáctica. Un año después Zidane se recibió de mago por causa y circunstancia. Le alcanzaron unos pocos segundos para hacer aun más inmenso al Real Madrid. El gol en la final de la Champions en Glasgow frente al Lerverkusen es la muestra más acabada de su calidad. Es uno de los más bonitos de la historia, una obra digna de un genio. La coordinación de técnica, fuerza y colocación es majestuosa.
El Mundial del 2002 fue una completa decepción para Zizou. Entre lesiones apenas pudo disputar un partido y Francia se fue en primera ronda y sin convertir goles. Cuatro años después tuvo revancha; o casi. Anunció su retirada una vez finalizada la Copa del Mundo y el equipo se cimentó sobre él. “Vamos a retirar a Zidane”, tituló Marca en la previa de los octavos de final. Finalmente fue todo lo contrario y la selección francesa marcó el fin de la generación que antecedió a la etapa más exitosa de España en su historia. En cuartos contra Brasil jugó uno de los mejores partidos que se le recuerden y, tras dejar atrás a Portugal en semifinales, picó la pelota en el penal que abrió el resultado de la final ante Italia. Lo que sigue es conocido. Sin Zidane se terminó Francia, en ese partido y en todos los que le siguieron hasta la fecha.
Cumplió su palabra y no volvió a jugar al fútbol. Ni los millones que le ofreció el Real Madrid para renovar su contrato ni el glamour de la incipiente Liga estadounidense lo sedujeron para rever su decisión y darle un final más decoroso a una trayectoria impecable. Zidane pertenece, como jugador y como persona, a la casta de los elegidos.

10 comentarios:

  1. Bueno, es y no es así. En tres pañabras y a 13.000 millones de metros, no se reduce Zidane. "...gran cantidad de inmigrantes árabes que adornan su paisaje ..." No es así. No son arabes, son argelinos...( ¿ y los argelinos no son árabes? )si...pero amigo...no. Francia entro a fuego y cuchillo en el 1880 . Robó..Violó...Violó y robo. Y volvió a robar y a llevarse los fosfatos y la mano de obra barata que hacía falta. La que se puso después en primera linea en el 1914 contra la Alemania. La historia de Zidane es compleja. No hubo agua corriente en su pueblo hasta que él, hará cosa de 15 años, no la pagó de su bolsillo. Francia odia a los "piers nuars" (pies negros). Igual que los que se creén argentinos odian a los cabecitas negras...(cuando los que se creen argentinos son todos descendientes de italianos, españoles, rusos, japoneses y alemanes...)La elegancia empieza por la educación, la educación por la historia y, la historia...se repite..Salut

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  2. A mi la verdad que me encanta este jugador mas quisieran muchos equipos tener zidanes ¡¡ saludos ¡¡

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  3. Muy buena entrada, Zidane es un genio, por lo que hizo como jugador y porque posee muchos valores desde chico inculcados en el único lugar donde se aprenden , en la familia.
    Saludos

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  4. Zidane es uno de los grandes referetes que tuvo el Fútbol, porque supo dejar huella en su trayectoria e inscribió su nombre en la historia del mundo. Abrazo futbolero

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  5. Los valores de un jugador de fútbol están incluso por encima de su propio talento. Zidane ha sido, muy probablemente, uno de los jugadores más bellos de la historia. Era una delicia, jugador decisivo, y absolutamente mágico. La ayuda a sus orígenes es algo que le honra, al igual que, por ejemplo, a Kanouté. Otro que, aún habiendo podido jugar con Francia, porque talento le sobra, decidió hacerlo con Mali y crear una fundación para ayudar a su pueblo.

    Este tipo de gestos en los futbolistas resultan fundamentales, porque en un deporte y una sociedad que vive una auténtica crisis de valores, nunca viene mal saber que debajo de esa piel impenetrable que gana millones en publicidad también hay una persona.

    Un Abrazo.

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  6. Lo que ocurrió con Zidane en aquella final de Alemania 2006 dio espacio a la polémica y al debate. ¿Estuvo bien su accionar? Fue una reacción que no va con el deporte, pero lo que Materazzi le dijo tampoco era parte del deporte, pero a su vez Materazzi sólo lo agredió verbalmente mietras que el francés reaccionó y lo agredió de manera física, pero Materazzi le insultó la familia... y así podría seguir. Seguramente la manera de ponerse de un lado de uno o del otro es pensar: ¿qué hubiera yo en ese momento? Díficil de responder porque nunca jugaré la final de un mundial. En fin, creo que debe ser la única mancha en la carrera de Zinedine.
    Éxitos, te espero en mi blog Matías.

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  7. Ya dediqué en su momento una entrada a este maestro de la pelota; me tiraría días escribiendo sobre él.

    Siempre digo lo mismo, pero es verdad; Zidane es de esos jugadores por los que merece pagar una entrada, aquella figura que con tan sólo un control te enamora. Es el por qué del amor al fútbol, de lo que ya no hay, la humildad y el trabajo en persona. En fín, un superdotado, pero que se lo ha ganado con pulso.

    ¡Vuelve Zizou!

    Un saludo Matías.

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  8. Zidane es un genio, lo admiro como jugador y como ejemplo de vida. Nunca olvidaré lo que hizo en el mundial 2006, donde incluso se perjudicó él mismo por no transar con la mediocridad y la injusticia. Alguien como él, que puede hacerlo, entendió que debía enseñar, con el cuerpo si es necesario, que no hay que despreciar ni humillar a nadie.
    Nos dejó mucho más que fútbol Zidane.

    un abrazo

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  9. Recuerdo aquel golazo al Betis que nos hizo preguntarnos a todos por ese jugador francés , que por entonces lucía pelo ...

    Un saludo

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  10. Un genio zizou. Espero que sea tan buen director deportivo como jugador. Creo que en el Madrid hará un buen papel en la función de puente entre el entrenador jugadores y presidente. Saludos.

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