Moacir Barbosa Nascimento no
llegaba al metro ochenta pero debajo del arco se hacía gigante. Sus manos,
siempre sin guantes para ganar sensibilidad, eran capaces de detener hasta el más
opulento disparo y su formación como arquero en lo más profundo de una favela
de Campinas, en San Pablo, le aseguraba el carácter necesario para triunfar,
siendo negro, en un fútbol de blancos. Formado en el humilde Ypiranga, su
traspaso a Vasco da Gama, y la posterior consagración en el torneo carioca durante
la segunda parte de la década del cuarenta, le posibilitó llegar a la Copa del
Mundo de 1950 como uno de los mejores arqueros del planeta y el titular
indiscutido del local Brasil.
La actuación de Barbosa a lo
largo del Mundial fue aceptable. Al equipo no le llegaban mucho pero cuando lo
hacían, su arquero respondía. Entre goleadas, los locales se encaminaban a un título que
parecía cantado; sin embargo la final frente a Uruguay tenía distintos planes
para Brasil en general y Barbosa en particular. Las doscientas mil personas que
coparon el Maracaná jamás imaginaron, mientras celebraban el gol de Friaça, que
ese pequeño territorio limítrofe, representado por once camisetas celestes, se
iba a apropiar de la felicidad brasileña gracias a los tantos de Juan Alberto
Schiaffino primero y de Alcides Ghiggia después, con complicidad de un Barbosa
adelantado que quedó manoteando el aire y firmó con sangre la leyenda del
Maracanazo.
El error del arquero en el
segundo gol uruguayo fue su condena al ostracismo. Ghiggia dijo alguna vez que
sólo el Papa, Frank Sinatra y él habían logrado enmudecer el mítico estadio
carioca. El silencio de luto en aquella tarde fatídica resultó premonitorio
para Barbosa. Brasil intentó por todos los medios olvidar el desastre, hasta cambió
el blanco de su camiseta, considerado mufa, por el verde y amarillo de la
bandera, pero era necesario encontrar un chivo expiatorio que purgue las penas
del pueblo brasileño, y ese no podía ser otro que el primer arquero negro en la
historia del país.
A partir de entonces Barbosa se
convirtió en un enemigo público. Ni siquiera el regreso triunfal a su equipo,
conservando la misma elegancia y caballerosidad de siempre, le garantizó
piedad. Incluso en una oportunidad observó como una mujer, ante la pregunta de
su hijo, lo señalaba como “el hombre que hizo que todo un país llorara”. Eso le dolió más que la final misma, y que el
desplante de los dirigentes brasileños que no lo dejaron acercarse a la
concentración de la selección que en 1993 se preparaba para enfrentar un
partido de Eliminatorias para evitar la mala suerte. En aquella oportunidad le
aseguró a un periodista, mientras mostraba una sonrisa incómoda, que “en Brasil
la pena mayor por un crimen es de treinta años de cárcel. Yo hace cuarenta y
tres que vengo pagando por un crimen que no cometí”.
Los últimos años de su vida
transcurrieron entre la pobreza y la marginalidad. Sobrevivía en la casa de su
cuñada con una jubilación miserable y el cotidiano desprecio del pueblo
brasileño, que frecuentemente recuerda a "los diez perdedores del año 50”, sin
dar siquiera ese calificativo a Barbosa.
A diferencia de la ignominia a la
que lo condenaron en vida, los medios brasileños dedicaron en abril de 2000 grandes
títulos a la muerte del arquero, como si con ella se hubiese cerrado
definitivamente la herida del Maracanazo. O Globo fue el más sugestivo de
todos: “La segunda muerte de Barbosa”.
Es bonito recordar a jugadores de este tipo , jugadores que quedan grabada en nuestras retinas y que siempre dejan huella en los aficionados a este deporte. Un saludo Matias ¡¡ como siempre grandisimo articulo si señor enhorabuena ¡¡
ResponderEliminarCuanta pena me da el caso de Barbosa, muchas veces se le da demasiada trascencia a un hecho futbolístico, no digo nada nuevo eso lo sé, pero aveces hay que replantearse las cosas.
ResponderEliminarSaludos
Es ridículo, estúpido y extremadamente exagerada la condena social que se le impuso a este futbolista por un error humano, inoportuno y sin ninguna mala intención de su parte. Pasó a ser en 90 tristes minutos de HÉROE a VILLANO como consecuencia de "La Moralina" de un pueblo que redujo todo sus principios éticos a un mero resultado futbolístico que le fue adverso, sin ver más allá del tamaño sus narices. Abrazo Futbolero
ResponderEliminarLa que se tuvo que comer el tipo. Y después decimos que como se vive acá el fútbol, no se vive en ningún lado.
ResponderEliminarAbrazo.
Esta es otra visión de lo cruel que puede llegar a ser el fútbol . No todos son dioses tambien hay caídos al infierno .
ResponderEliminarUn saludo
Hola, podrías poner la fuente de tu entrada. Es una crónica de Eduardo Galeano, si no ponés la fuente, van a pensar que es tuyo.
ResponderEliminarSaludos
No es una crónica de Eduardo Galeano, es de mi autoría. Imagino que lo que dirás es por una narración que cuenta esta historia, al igual que tantas otras del sitio, en su libro "Fútbol, a sol y sombra", pero no es el mismo texto ni tan extenso. Tratá de ser más cuidadoso de lo que decís y corroborar los datos porque una acusación así puede llevar a la confusión. Un saludo.
EliminarMoacir Barbosa
EliminarA la hora de elegir el arquero del campeonato, los periodistas del Mundial del 50 votaron, por unanimidad, al brasileño Moacir Barbosa. Barbosa era también, sin duda, el mejor arquero de su país, piernas con resortes,hombre sereno y seguro que transmitía confianza al equipo, y siguió siendo el mejor hasta que se retiró de las canchas, tiempo después, con más de cuarenta años de edad. En tantos años de fútbol, Barbosa evitó quién sabe cuántos goles, sin lesionar jamás a ningún delantero. Pero en aquella final del 50, el atacante uruguayo Ghiggia lo había sorprendido con un certero disparo desde la punta derecha.
Barbosa, que estaba adelantado, pegó un salto hacia atrás, rozó la pelota y cayó. Cuando se levantó, seguro de que había desviado el tiro, encontró la pelota al fondo de la red. Y ése fue el gol que apabulló al estadio de Maracaná y consagró campeón al Uruguay. Pasaron los años y Barbosa nunca fue perdonado. En 1993, durante las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos, él quiso dar aliento a los jugadores de la selección brasileña. Fue a visitarlos a la concentración, pero las autoridades le prohibieron la entrada. Por entonces, vivía de favor en casa de una cuñada, sin más ingresos que una jubilación miserable. Barbosa comentó:
— «En Brasil, la pena mayor por un crimen es de treinta años de cárcel. Hace 43 años que yo pago por un crimen que no cometí.»
Esa es la crónica de Galeano en "Fútbol, a sol y sombra". Queda claro que no es la misma ni mucho menos.
Con el respeto que me merece el comentario del "Anónimo" anterior, considero que, en este tipo de exposiciones narrativas sobre determinadas personalidades del deporte, lo PRIORITARIO NO CONSISTE en deteminar las FUENTES, ya que sobre BARBOSA y sobre este HECHO en particular se han explayado varios autores, llámese Waldemar Iglesias, Omar Ferretti, Errete, Tu river y otros tantos como el mismo WikipediA. NO SOLAMENTE EDUARDO GALEANO se expresó sobre LA CRONICA de este HECHO. Entonces, TE INVITO a tomar el CONTENIDO del texto como UN RESUMEN del ACONTECIMIENTO en sí mismo y NO COMO UN PLAGIO de ALGUIEN ¿Está?. Que tomes lo que te sirve y desheches lo que No, como hacemos TODOS LOS LECTORES DE ESTE BUEN BLOG, caso contrario, si no te agrada LA METODOLOGÍA y/o LA MANERA de quien lo escribe NO INGRESES MÁS,Porque me parece que actuás de MUY MALA LECHE y además te ESCUDÁS detrás de "un ANÓNIMO". Toda Crítica DEBE SER CONSTRUCTIVA, porque CRITICAR por CRITICAR es de MEDIOCRES y de IGNORANTES. Abrazo Futbolero.
ResponderEliminarHola, yo soy el "anónimo", pido disculpas por el comentario, en ningún momento quise ofender. Si tuve la confusión debido al texto de Galeano, debe ser por lo parecido de las prosas o por un par de frases que son similares. No me trates de mala leche si no me conocés, en internet y detrás de una pantalla tendemos a pensar que todas las críticas son de esa índole.
EliminarSaludos
Miguel
Hola Miguel, soy Diògenes y si malinterpretè tu comentario y herì susceptibilidades, hàgote llegar mis disculpas ¿si?. Simplemente estoy del lado de aquellos que desde su humilde lugar, utilizan este espacio para expresar su PUNTO DE VISTA o de REPRODUCIR Crònicas o Acontecimientos que Autores conocidos,pero que lo hacen con la Sola Intenciòn de INFORMAR a sus lectores...y sinceramente malinterpretè tu comentario porque creì ver un CUESTIONAMIENTO innecesario, ya que si es Tema Propio o Reproducción de Autores considero que no hace a la cuestiòn, dado que en este espacio no interesan las Propiedades Intelectuales, sino las ganas de interactuar con el pùblico a travès de La Palabra Escrita. ¿Me explico? Pido Disculpas y Gracias por Responder Miguel. Abrazo Futbolero
ResponderEliminarLas propiedades intelectuales sí interesan. No necesariamente desde el punto de vista económico o del comercio, pero un autor debe ser citado cuando se reproduce su obra. Sino yo podría armarme un blog y copiar y pegar todo lo que está escrito aquí y decir que es mío, eso no sería justo para Matías Rodriguez.
ResponderEliminarEl hecho de que no te cobren ni que exista un ente regulador de la información por internet (supongamos que SOPA no llega a este blog) no te da derecho a decir que las autorías intelectuales no son importantes. Lo cortés no quita lo valiente.
Saludos
Miguel
El caso Miguel es que las historias, por más que sean contadas por diferentes puntos de vista, siempre van a tener cosas en común. La historia es única e inalterable, si vos y yo nos queremos poner a hablar de la Revolución Francesa los dos vamos a mencionar la Toma de la Bastilla y determinados detalles característicos, y no por eso yo te estaría copiando a vos ni vos a mi. En el texto sólo se repite una frase, me estuve fijando y es "jubilación miserable", que es casi una frase hecha. Está todo bien con lo que decís y lo acepto, coincido con lo de las propiedades intelectuales, pero de ahí a decir que un texto es plagio es una cosa distinta, porque es una acusación grave. Solamente eso, pero nada más. Gracias por pasarte y discrepar, de eso se trata. Un saludo.
ResponderEliminarSi señor..!! lo bueno del intercamcio de opiniones es ser conciente que más allá de mi, hay Otro, quien piensa diferente a mi y me ayuda a crecer desde su perspectiva..! Como dijera Epicteto de Frigia: "Lo que inquieta al hombre no son las cosas, sino las opiniones acerca de las cosas".Abrazo Futbolero y Felices Pascuas..!!
ResponderEliminarmuy interesante artículo porque desconocía por completo la historia de Moacir Barbosa Nascimento y me dio mucha alegria y placer leerlo aquí
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