Matías Nicolás Rodríguez es un
ejemplo de perseverancia. Surgido de las divisiones inferiores de Boca en la difícil
era post Bianchi, no tuvo posibilidades de mostrarse en el primer equipo y su
destino parecía ser el mismo de otros tantos juveniles: diluirse en la
intrascendencia. Sin haber debutado en Primera y consciente de que sus
condiciones estaban a la altura del fútbol profesional, aceptó irse a préstamo
a Aucas de Ecuador luego que Juventud Antoniana de Salta rechazara su incorporación
en 2006.
La aventura ecuatoriana fue más frustrante
de lo esperado para el lateral derecho y en menos de cuatro meses ya estaba
entrenando en Casa Amarilla con un descenso a cuestas. Nuevamente sin chances
en la Primera de Boca, su futuro se encontró con el ignoto LASK Linz de la
Bundesliga Austriaca. La experiencia europea fue breve y luego de regresar a su
club de origen, fue dejado en libertad.
Nacional de Montevideo le abrió
las puertas a ese defensor de veintidós años que seguía confiando incansablemente
en su capacidad. En poco tiempo cambió las frustraciones por aplausos y una
temporada después de su llegada a Uruguay ya era titular indiscutido en el
equipo que ganó el Campeonato de Primera División en 2009 y que en el mismo
semestre alcanzó las semifinales de la Copa Libertadores.
Sus buenas actuaciones en
Nacional lo llevaron a formar parte del ambicioso proyecto de Gerardo Pelusso
en Universidad de Chile. En la ‘U’ además de lateral derecho se destacó como
mediocampista diestro y en ocasiones también como zaguero central. Volvió a
alcanzar las semifinales de la Copa Libertadores con los azules y el doblete en
2011 al obtener tanto el Apertura como el Clausura.
Su consagración en Universidad de
Chile fue al obtener la Copa Sudamericana 2011 de la mano del entrenador
argentino Jorge Sampaoli. En dicha competición se destacó al lado de Eduardo
Vargas, Jorge Aránguiz y Gustavo Canales y llamó la atención de Claudio Borghi,
quien intentó convencerlo para formar parte de la selección chilena.
En la actualidad es seguido de
cerca por el seleccionador argentino Alejandro Sabella y sus actuaciones no
dejan de superarse periódicamente. De zaguero, lateral o mediocampista
Rodríguez se las ingenia para demostrar todo su potencial en el mejor equipo
sudamericano del momento. Los tres goles a Audax Italiano el pasado fin de
semana son la muestra más reciente de lo que es capaz de hacer el argentino con
tal de trascender.
Mati: no lo tenía a este jugador. Buenos datos aportados.
ResponderEliminarUn abrazo.
No tenía idea de la historia ¡ salut
ResponderEliminarEs un muy buen jugador y merece tener una posibilidad en La Selección Argentina para mostrar su capacidad de juego. Abrazo Futbolero
ResponderEliminares un 4 x 4 como bien lo describes en esta nota, pero creo que debe de dar el paso a un fútbol mucho más competitivo para que desarrolle todo su potencial
ResponderEliminar