“Jamás en el ámbito de los
conflictos humanos, tantos le han debido tanto, a tan pocos”. Cuando Winston
Churchill pronunció su famosa frase, el rumbo de la Segunda Guerra Mundial
había cambiado por completo. Gran Bretaña estaba a salvo de la invasión fascista
y la esperanza europea rejuvenecía con la hazaña lograda ante la Luftwaffe. Fue
todo mérito de unos pocos pilotos que dieron su vida en la Batalla de
Inglaterra para resguardar a millones de compatriotas.
El caso de la ‘guerra’ que
actualmente libran Real Madrid y Barcelona es similar. Es una guerra
futbolística, una guerra histórica. De paradigmas, de modos de ver el deporte
y, de algún modo, de entender la vida. Son el agua y el aceite definidos por
antonomasia en sus dos mayores figuras: Cristiano Ronaldo y Lionel Messi. Ellos
son los artistas que, a su manera, brindan el espectáculo necesario para que
los catalanes en particular y los españoles en general olviden por un momento
las asonadas independentistas o la profunda crisis económica europea que cala
hondo en España. El fútbol como efecto anestésico. Opio de los pueblos en su
máxima expresión.
Cierto es que también se escapó
durante el partido algún reclamo de los locales, que elevaron senyeres y
estelades en virtud de su protesta soberanista. Todo en el minuto diecisiete,
haciendo referencia al 1714, año en el que Cataluña perdió la Guerra de
Sucesión Española. Pero era de esperarse en medio de semejante clamor popular
por un objetivo postergado. Sin embargo el foco principal no era ese, sino los
dos monstruos que se retroalimentan y se sirven el uno del otro para mejorar
sin techo; y que definitivamente no defraudaron.
Cristiano Ronaldo con la soberbia
física que lo hace imponente consiguió el primer gol del clásico. Fue un tanto
de la escuela barcelonista, de toques profundos y remate bajo y seco al palo
del arquero. Una gema que el portugués celebró haciendo abuso de su imagen,
silenciando al Camp Nou y exigiendo tranquilidad, porque ahí estaba él. La
respuesta no se hizo esperar y Lionel Messi pagó con la misma moneda, con el
ADN alterado: respuesta rápida y conversión de arremetida, atropellando a una
defensa del Madrid en problemas para ajusticiar a Casillas. Empate en uno al
descanso.
En la segunda parte volvió a
aparecer la figura del argentino. Todo el potrero al servicio de un tiro libre
memorable que tenía destino de gol desde la mismísima carrera. Barcelona se
puso arriba e intentó manejar el rumbo, con el dominio de la pelota y su
movilidad característica. Pero a la película de hoy, la enésima entre dos protagonistas
dignos de Hollywood, le faltaba el final que dejase abierta la historia.
Apareció una vez más Ronaldo para romper líneas enemigas y ejecutar un penal en
movimiento tras una eléctrica salida del Madrid desde el fondo. Fantástica
transición defensa-ataque para que el empate le calce justo al encuentro. El 2
a 2 fue definitivo.
Ya sin Pep Guardiola -sin desmerecer a Tito Vilanova- el duelo en los banquillos quedó
descompensado. Los protagonistas fueron los mismos de siempre, los que cada vez
dejan menos margen a los actores de reparto. Cristiano y Messi; Messi y
Cristiano. El resto acompaña. Y el público cree, tiene esperanza y se olvida de
sus problemas, rindiéndose ante semejante exhibición de poderío. Churchill
tenía razón.
Sí, estamos ante un duelo histórico de futbolistas. Y los aficionados, a disfrutar!!!
ResponderEliminarEs un lujo que les hallan tocado vivir en la misma época. Si no hubiese sido así, no hubiesen tenido rival, ninguno de los dos.
ResponderEliminarHan coincidido los 2 en la misma época, y por eso hay esa igualdad entre Barça y Madrid. Sino el que tuviera a uno de los 2 jugaria sólo la Liga.
ResponderEliminarSe pudo ver quienes son los mejores del mundo. Un saludo ¡¡
ResponderEliminarCreo que, tanto uno como otro tienen excelentes cualidades futbolísticas. Son dos Cracks que se encontraron en la misma era, y lamentablemente "El Dinosauro Social" sólo tiene lugar para uno.
ResponderEliminarAbrazo Futbolero
Los partidos de fútbol son siempre emocionantes.
ResponderEliminarEsta es la perfecta encarnación del equipo de fútbol y un arte de la habilidad personal. Sólo un equipo unido de la unidad nacional con el fin de convertirse en un equipo de fútbol fuerte.