“Ya no estoy apto para la exigencia profesional, no me pude recuperar bien de la lesión en el hombro. Aún siento muchas molestias cuando saco. Es un día muy duro para mí”, dijo David Nalbandian para justificar su retiro, que fue anunciado apenas irrumpió en el Salón Frers de la Sociedad Rural. El cordobés, de 31 años, venía madurando la decisión desde que no pudo participar de las semifinales de la Copa Davis ante República Checa.
La destacada carrera de Nalbandian se vio interrumpida por las lesiones, en especial una en el hombro derecho que lo acompañó desde 2008 y que fue el detonante de su retiro. “Es un momento duro. Un deportista no está preparado para lesionarse, sino para competir. Es la parte más complicada que me toca vivir, pero es mi realidad y tengo que adaptarme, como lo hice durante tantos años en el circuito”, reconoció David, que jugará en noviembre dos partidos de exhibición ante el español Rafael Nadal.
Nalbandian cosechó once títulos durante su carrera, entre los que se destaca el Masters de Shangai de 2005 en el que se consagró ante el suizo Roger Federer. Además, fue semifinalista del US Open, del Abierto de Australia y de Roland Garros. En 2002, con sólo 20 años, perdió la final de Wimbledon contra Lleyton Hewitt.
A pesar de su corta edad y de que no abandonará la rehabilitación para recuperarse de la lesión, David descartó de plano la posibilidad de retractarse de su decisión: “Si anuncio mi retiro es porque ya no estoy en buenas condiciones físicas para jugar un torneo. No puedo entrar a la cancha y dar ventajas. Si fuera por mí jugaría la Copa Davis sin ranking ni nada, porque es el torneo que más me gusta”. No obstante, cuando se lo consultó sobre la posibilidad de ser convocado para el partido de dobles de alguna serie en el futuro, una vez recuperado de la dolencia, desestimó la chance.
El cordobés vivió un idilio particular con la Copa Davis, el mayor anhelo que nunca pudo materializar. Jugó 50 partidos -39 victorias y 11 derrotas- y alcanzó seis semifinales y tres finales. La caída más dolorosa en la serie decisiva fue en 2008, frente a una España que se presentó en Mar del Plata sin Nadal. En aquella oportunidad la lucha de egos entre Nalbandian y Juan Martín del Potro atentó contra las posibilidades de Argentina, que dejó pasar una oportunidad inmejorable.
“Es difícil describir una imagen sobre mi carrera. Dejar de jugar es una decisión que fui madurando dentro de un proceso. Viví muchas cosas emotivas en 13 o 14 años de profesionalismo”, confesó Nalbandian sobre el final de la conferencia de prensa. Con su retiro se cierra la generación más fructífera de la Legión Argentina. El tenis a partir de ahora extrañará al Rey David.
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