Y después de tanto esperar al final se jugó, sin lluvia, con un clima digno de un partido de esta categoría y sin preámbulos, excepto claro, el ya famoso quite de serpentinas y papelitos que quedan en la cancha luego del recibiendo de la hinchada de Boca cuando juega su equipo en la Bombonera y que lleva retirarlos unos cuantos minutos.
Un superclásico un tanto atípico por su condición de "minipartido", se jugaron dos tiempos de cuarenta y treinta y nueve minutos respectivamente donde Boca fue el mejor en todos los aspectos, con un Gary Medel que las hizo todas, que se recibió de ídolo anticipando a la defensa de River al borde del offside y poniendo el uno a cero tras un tiro libre-centro de Juan Román Riquelme, peleándose con Gallardo y tras una contra letal de Monzón liquidando con el dos a cero con un derechazo fortísimo, para cerrar su tarde de gloria yéndose expulsado por una patada desde el piso a Matías Almeyda, pero nadie podía reprocharle nada a esa altura, ya era amo y señor de toda la Bombonera, que no temblaba, no latía, no estaba inundada, era una caldera.
Boca lo ganó porque se olvidó de sus problemas, porque salió a jugar un partido distinto, descuidando la tabla y el presente, salió a jugar como debería hacerlo todos los encuentros, como mandan sus nombres, como manda su historia, con un planteo muy ordenado que hizo recordar a los mejores equipos Xeneises de todos los tiempos, en el banco parecía estar Carlos Bianchi en vez de Abel Alves y Juan Román Riquelme se asemejaba al de la final intercontinental del 2000, con una defensa de Bermúdez y Traverso encarnados en Luiz Alberto y Breyner Bonilla, dos altos, feos y con cara de malo que reventaron todo lo que picó cerca.
River en cambio, lo perdió porque salió a jugar con la tabla en la cabeza, con un planteo mezquino, casi queriendo subestimar a Boca por momentos, aprovechándose de su defensa que solo al principio del partido se presentó fisurada, luego estuvo infalible, tampoco aprovechó las claras, sobre todo las dos de Funes Mori, la del primer tiempo principalmente, que se la entregó mansita a las manos de Javier García que parecía exorcizado por Oscar Córdoba sacando pelotas de todos lados, la segunda era un tanto más complicada pero definió muy suavecito y se la mandaron al corner sin problemas.
Que decir de Palermo, estuvo encendidísimo todo el encuentro, jugó como si fuese el último de su vida, corrió y metió todo el partido, hizo piruetas de todo tipo, intento una chilena que se fue lejos, pero que hay que tener espalda para no comerse puetadas luego de pifiar así, metió un caño hermoso y un cabezazo que salio besando el palo, Palermo no se pareció a nadie, Palermo simplemente fue Palermo, ni el del 2000, ni al del 1998, el de todos los tiempos.
Boca volvió a jugar como bicampeón de America, ordenado abajo, con un buen mediocampo de contención y ganando de pelota parada y de contra, si juega así lo que resta del torneo, no tengo dudas de que remontará notablemente su campaña y Abel Alves se va a ganar sin drama la continuidad, a Boca le tocaron el orgullo y con eso, y mucho menos en la Bombonera, no se jode. River, poco, nada, deberá mejorar mucho y cada vez se apremia más con el descenso de cara a la próxima temporada. Increíble.
Un superclásico un tanto atípico por su condición de "minipartido", se jugaron dos tiempos de cuarenta y treinta y nueve minutos respectivamente donde Boca fue el mejor en todos los aspectos, con un Gary Medel que las hizo todas, que se recibió de ídolo anticipando a la defensa de River al borde del offside y poniendo el uno a cero tras un tiro libre-centro de Juan Román Riquelme, peleándose con Gallardo y tras una contra letal de Monzón liquidando con el dos a cero con un derechazo fortísimo, para cerrar su tarde de gloria yéndose expulsado por una patada desde el piso a Matías Almeyda, pero nadie podía reprocharle nada a esa altura, ya era amo y señor de toda la Bombonera, que no temblaba, no latía, no estaba inundada, era una caldera.
Boca lo ganó porque se olvidó de sus problemas, porque salió a jugar un partido distinto, descuidando la tabla y el presente, salió a jugar como debería hacerlo todos los encuentros, como mandan sus nombres, como manda su historia, con un planteo muy ordenado que hizo recordar a los mejores equipos Xeneises de todos los tiempos, en el banco parecía estar Carlos Bianchi en vez de Abel Alves y Juan Román Riquelme se asemejaba al de la final intercontinental del 2000, con una defensa de Bermúdez y Traverso encarnados en Luiz Alberto y Breyner Bonilla, dos altos, feos y con cara de malo que reventaron todo lo que picó cerca.
River en cambio, lo perdió porque salió a jugar con la tabla en la cabeza, con un planteo mezquino, casi queriendo subestimar a Boca por momentos, aprovechándose de su defensa que solo al principio del partido se presentó fisurada, luego estuvo infalible, tampoco aprovechó las claras, sobre todo las dos de Funes Mori, la del primer tiempo principalmente, que se la entregó mansita a las manos de Javier García que parecía exorcizado por Oscar Córdoba sacando pelotas de todos lados, la segunda era un tanto más complicada pero definió muy suavecito y se la mandaron al corner sin problemas.
Que decir de Palermo, estuvo encendidísimo todo el encuentro, jugó como si fuese el último de su vida, corrió y metió todo el partido, hizo piruetas de todo tipo, intento una chilena que se fue lejos, pero que hay que tener espalda para no comerse puetadas luego de pifiar así, metió un caño hermoso y un cabezazo que salio besando el palo, Palermo no se pareció a nadie, Palermo simplemente fue Palermo, ni el del 2000, ni al del 1998, el de todos los tiempos.
Boca volvió a jugar como bicampeón de America, ordenado abajo, con un buen mediocampo de contención y ganando de pelota parada y de contra, si juega así lo que resta del torneo, no tengo dudas de que remontará notablemente su campaña y Abel Alves se va a ganar sin drama la continuidad, a Boca le tocaron el orgullo y con eso, y mucho menos en la Bombonera, no se jode. River, poco, nada, deberá mejorar mucho y cada vez se apremia más con el descenso de cara a la próxima temporada. Increíble.
ya estas en los links de pelota afuera
ResponderEliminarsaludos
Matias, muy buen blog! te invito a que te hagas seguidor del mio y si queres, puedo colocar tu link en mi blogroll!
ResponderEliminarAbrazo!
Si Boca jugara todos los partidos como el de ayer sería el puntero indiscutido. Habrá que ver como arma el mediocampo ahora Alves sin Méndez y sin Medel, dos de los mejores ayer y que parece que les encontraron el lugar adonde pueden rendir mejor. River y el descenso son una realidad impensada y espero que esta vez no aparezca algo raro que termine haciendo que saquen los promedios por miedo a que los de Nuñez pierdan la categoría. Quisiera que saquen los promedios pero no por esa razón y espero que los dirigentes de AFA no me defrauden esta vez. Abrazo!
ResponderEliminarLa frase, sencilla y contundente, es: "Boca ganó porque se olvidó de sus problemas".
ResponderEliminarLa diferencia de actitud con el partido ante Tigre fue notable.
Saludos.
Si el equipo jugara como en este partido otro gallo cantaría , se le nota otra actitud , hay que empezar a ganar partidos para que se suba en la tabla de la clasificación ¡¡ un abrazo desde españa y desde el REAL BETIS ¡¡
ResponderEliminarwww.sentir1907.blogspot.com
Me alegra que Boca mostrara signos de mejoría. A ver si no son flor de un día y se prolongan durante la temporada.
ResponderEliminarUn saludo!!
Me encanta el ambiente que hay en estos partidos en Argentina, eso sí que es fútbol.
ResponderEliminarUn saludo.
grandisimo blog, enhorabuena. k gran gary medel, un luchador del fútbol- saludos desde
ResponderEliminarhttp://somosdefutbol.blogspot.com/
Me alegra que no terminara en un 0-0 aburrido como se esperaba. Alves un pelotudooo
ResponderEliminarno crees?... fijate la nota de Abran Cancha.
ABRAN CANCHA
www.abran-cancha.blogspot.com