Eurocopa, el Mundial alternativo

La Eurocopa es, a excepción del Mundial, el campeonato de selecciones más importante del planeta. Es una Copa del Mundo sin Argentina ni Brasil que a partir de mañana comenzará su decimocuarta edición con Polonia y Ucrania como anfitriones. Será la primera realizada en Europa del Este desde aquella que tuvo lugar en 1976 en la disuelta Yugoslavia y la única hasta el momento organizada por dos países de diferentes husos horarios.

En tiempos de una paridad absoluta  -quizás un poco por mérito de los otrora débiles países del mapa futbolístico y otro tanto por el flojo trabajo de las potencias en los últimos tiempos-  la Euro no tiene grandes candidatos más allá de España y Alemania, que son los únicos dos que marcan una clara diferencia del resto. El sorteo de los grupos, además, falló a favor del espectáculo y todos ellos equilibran las chances de sus integrantes.

En el Grupo A  -seguramente el más parejo de todos-  que compartirán Grecia, Polonia, Rusia y República Checa, el candidato a quedarse con el primer lugar es, a priori, éste último. Si bien los checos entraron por la ventana a la repesca que superaron ante el débil Montenegro, de la mano de un recuperado Rosický que hace jugar a Plasil, Baros, Necid y compañía  -sumado a la experiencia de Cech-, el entrenador Michal Bílek volvió a poner a República Checa en el lugar que la Eslovaquia de Hamsík le había arrebatado. Superada la etapa de transición que supuso el retiro de la primera gran camada del país luego del Divorcio de Terciopelo, los checos se muestran como los potenciales líderes de su zona, aún por encima de Rusia, que hace tiempo está haciendo méritos para volver a ser la que fue.

La suerte del Grupo B asoma mucho más nítida. En los papeles debería ser Alemania la que se imponga sobre Dinamarca, Holanda y Portugal; y estos dos últimos los que se disputen el segundo puesto. Los alemanes son el germen del sistema que adoptó el fútbol europeo en el último tiempo. Dibujan un 4-2-3-1 aceitado que en Sudáfrica llegó hasta semifinales y que en la Eurocopa se presenta como el único capaz de derrotar a España en un hipotético cruce. Siempre favoritos, los dirigidos por Joachim Low no sólo tienen en Schweinsteiger, Ozil, Muller y Mario Gómez el motor de su creación, explosión y resolución, sino además variables de renombre como Kroos o Podolski.

Por su parte Holanda sigue potenciando el 4-3-3 que en el último Mundial lo llevó a la final y llega con Robben y Van Pierse en el mejor momento de sus carreras. De todas formas no le sobra nada al equipo de Bert Van Marwijk que apuesta mucho a Sneijder, de discreta temporada, y a Afellay, que entre lesiones y falta de oportunidades apenas tuvo lugar en Barcelona. Portugal será su competidor directo y, sin Messi en la competición, tendrá en Cristiano Ronaldo al mejor jugador de la Euro 2012. Sin embargo la falta de compañía suele condicionar al jugador de Real Madrid. Los de Paulo Bento tendrán que luchar para salir vivos del “grupo de la muerte”.  

Con España en el Grupo C parece que Italia, Irlanda y Croacia se pondrán como objetivo el segundo puesto. Del equipo de Del Bosque  -vigente campeón de Europa y del mundo-  no hay demasiado que agregar, más allá de que si algo faltaba era que todos los jugadores lleguen a la Euro en la plenitud de sus condiciones. España tendrá al mejor Iniesta, al mejor Xavi, al mejor Xabi Alonso y a un Torres en quien el entrenador tiene total confianza.

Italia, en medio de un repetido escándalo de apuestas clandestinas, afronta la Eurocopa con más dudas que certezas. Cesare Prandelli deberá confiar la manija del equipo al veterano Pirlo, y la resolución la dejará en los pies de Di Natale, Cassano y el díscolo Balotelli, que prometió matar a todo aquel que ose burlarse de su color de piel. Difícilmente renuncie al característico 4-4-2. De todas formas hay que dar lugar a una curiosa coincidencia que suele perseguir a Italia en los campeonatos importantes y que se presenta en la previa de la Euro 2012: en vísperas del Mundial de España 1982 el Calcio atravesaba su primer gran escándalo por arreglo de partidos y Paolo Rossi fue apuntado como uno de los principales culpables. Poco antes de la Copa del Mundo la Federación Italiana de Fútbol logró levantar la suspensión que la UEFA había hecho pesar sobre el delantero y éste no sólo fue el goleador del Mundial, sino que Italia fue campeona. Caso similar en 2006: los italianos una vez más envueltos en el escándalo, varios jugadores suspendidos y clubes descendidos. Italia llegó a Alemania acechada y sin ser favorita en un grupo complicado. ¿Resultado? Campeona.

En el Grupo D la historia está dividida: de un lado Francia e Inglaterra, dos potencias devaluadas; y del otro Suecia e Ucrania, dos símbolos de la Europa pujante. Los galos parecen haber recuperado el potencial después de mucho tiempo, tuvieron un buen recorrido en los amistosos previos y llegan a la Euro con un muy buen equipo. Benzema, Ribery, Nasri y Malouda son las banderas. Inglaterra, por su parte, es todo lo contrario, si bien durante la clasificación logró mostrar un nivel que hace tiempo había perdido, la renuncia de Fabio Capello por los conflictos internos y la designación de apuro de Roy Hodgson ponen a los pross en una situación de incertidumbre. Sumado a eso deberán hacer frente a las ausencias de Lampard y Wilshere por lesión y la baja obligada de Rooney, suspendido por la UEFA en los dos primeros partidos.

Suecia es otra incógnita. De eternas promesas de buenas actuaciones, ya nadie espera que vuelva a ser la del Mundial de Estados Unidos 1994, aunque los nórdicos siempre tienen algo nuevo que ofrecer. De la mano de Ibrahimovic  -‘Ibracadabra’ para los europeos-  buscarán superar su zona, un objetivo que no asoma imposible ni mucho menos y que deberán disputar con Ucrania, los anfitriones que desaparecieron del mapa luego de los cuartos de final de Alemania 2006.