La voz de la sala de prensa rompió el murmullo de los presentes y fue implacable en la presentación del nuevo entrenador, pero también supuso un desafío: “Guardiola es un perfeccionista, un purista. Logró 14 títulos sobre 19 posibles en cuatro años brillantes al frente del Barcelona. Ahora se atreve a tomar las riendas de un equipo que acaba de ganarlo todo”.
Pep, todavía colorado por la tupida apertura de la conferencia de prensa, tomó el micrófono y pidió perdón a la audiencia por su alemán. Paradójicamente, lo hizo hablando perfectamente el idioma al que le dedicó cinco horas diarias el último año. “Lo habla perfecto”, fue el comentario unánime entre los más de 200 periodistas presentes que se sorprendieron, además, por la simpleza del español en su presentación como director técnico del omnipotente Bayern Munich.
“Estoy listo para dar lo mejor de mi mismo, estaba necesitando un nuevo reto”, fueron las primeras palabras de Pep, que se enfrentará a un duro desafío en el equipo campeón de Alemania y de Europa. Se lo notaba ansioso y expectante, a la espera de dirigir ya su primer partido, aunque eso signifique enfrentar nuevamente a José Mourinho, ese personaje que según el propio Guardiola es capaz de sacar a la luz la peor faceta de una persona. En agosto, el Chelsea –nuevo equipo del portugués- definirá la Supercopa europea ante el Bayern Munich en República Checa.
“Estoy muy nervioso, pero no quiero olvidarme de agradecer. Realmente necesito agradecer al Bayern por este regalo que me ofrece. Siento una gran alegría”. Guardiola también generó furor por su humildad, y por su predisposición para responder todas y cada una de las preguntas de los periodistas. “Cuando te llama el Bayern debes ponerte firme. Por su historia, por su presente, por sus jugadores y por lo que representa. Hay pocos clubes en el mundo que sean tan especiales. Ahora lo que necesito es un poco de tiempo. Hay que ir paso a paso, pero soy yo el que debe adaptarse a los jugadores, porque el fútbol pertenece a los jugadores, no a los entrenadores”. Pep no necesitó más para arrancar los primeros aplausos de su etapa bávara.
Guardiola sabe que llega a un equipo ganador, prácticamente inmejorable. Pere, su hermano menor, confesó hace poco en una entrevista televisiva que apenas el ex entrenador de Barcelona recibió la propuesta, se encargo de aclarar que, excepto algunas salvedades, es imposible encontrar en el mundo un plantel más completo. Pep asume la presión: “Me parece normal que las expectativas sean altas después de que el año pasado se ganaran cuatro títulos. Voy a intentar continuar el alto nivel de mi predecesor Heynckes, al que respeto y con el que espero hablar pronto. No convienen grandes cambios cuando un equipo es tan bueno. Y sería presuntuoso por mi parte pensar que vamos a marcar una nueva época. Hay que jugar bien y ganar. A mí me gusta atacar, me encanta atacar, mi idea del fútbol es atacar”.
Uli Hoeness, el presidente del club, aseguró que jamás imaginó que Pep quisiera trabajar con ellos, pero que un guiño del propio Guardiola permitió el acercamiento. “Supimos que a él podría interesarle entrenar en Munich y ni lo dudamos. ‘¿Quién mejor que él para manejar un desafío de tal envergadura? ¿Quién si no él?’, me pregunté para convencerme a mi mismo de que la decisión era la correcta. Guardiola conoció el club en 2011, en una visita con el Barcelona y dejó clara su idea de trabajar aquí algún día. Ahora hemos podido cumplirlo, para alegría de todos”, cerró el plenipotenciario dirigente.
Pasaron dos años desde que Guardiola entró a un bar y les hizo un gesto con las manos a dos personas que fondeaban sus cafés. Eran Karl-Heinz Rummenigge y Uli Hoeness, los mismos representantes del club que lo presentaron en sociedad como nuevo entrenador del Bayern Munich. “Me imagino entrenando aquí”, les dijo Pep en aquella oportunidad, mientras masticaba ya su salida del Barcelona. No necesitó más que esa afirmación para volver real una posibilidad remota y enamorar a los dirigentes, que salieron a buscarlo apenas Heynckes confirmó su retiro.
“Pep es un catalán muy alemán. Ordenado, serio, trabajador. Encaja perfectamente en la personalidad del Bayern”, aseguró César Luis Menotti, que cenó con Guardiola durante la estadía de este en Buenos Aires. Quien fuera el arquitecto de uno de los mejores equipos de la historia ya tiene un nuevo desafío. Pep en Munich, ya es el español más alemán de todos.
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