jueves, 1 de enero de 2009

Monaco, el nuevo rico


El Monaco volvió a la Ligue 1 tras pasar dos años en el ascenso francés pero, lejos de conformarse con eso, ya sacó la chequera y en menos de una semana desembolsó 115 millones de euros para contratar a James Rodríguez, Joao Moutinho, Ricardo Carvalho y Radamel Falcao. Sin embargo la historia no termina ahí, porque ahora, como si fuera poco, los cañones apuntan a Víctor Valdés, Carlos Tevez e İlkay Gündoğan.
El artífice de que el Monaco se haya convertido en la sensación del mercado mundial es Dimitry Rybolovlev, un inversor ruso que en 2011 compro el 66% de las acciones de la institución con la promesa de devolverla a la elite del fútbol mundial, sitio que alcanzó el club en 2004 cuando perdió la final de la Champions League ante el Porto.
La relación entre el Monaco y su nuevo dueño es romántica. Rybolovlev, que vive en Suiza en un piso tasado en 230 millones de euros, vacaciona todos los años en Montecarlo. A finales de 2011, cuando notó que el equipo del principado estaba envuelto en una profunda crisis económica interna y navegaba inexorablemente hacia la tercera división, decidió invertir 100 millones de euros para quedarse con la mayoría del paquete accionario con la venia del príncipe Alberto, propietario del porcentaje restante.
Rybolovlev es experto en capacitaciones de liderazgo. De hecho, él mismo suele dar cursos a los empleados de sus compañías, y su política empresarial la trasladó a la conducción del Monaco. Lo primero que hizo fue echar al entrenador Marco Simone, confiado de que podría seducir con sus millones a José Mourinho, a quien admira por su mentalidad ganadora. Sin embargo, ante la negativa del portugués, debió conformarse con Claudio Ranieri.
Con el técnico italiano el andar del Monaco en la Ligue 2 fue casi perfecto, en 38 partidos hilvanó 21 victorias, 13 empates y tan sólo 4 derrotas. Lucas Ocampos, el ex volante de River y una de las primeras apuestas del ruso, fue el único representante argentino en el ascenso del club que en los años noventa cobijó a Thierry Henry, David Trezeguet, Emmanuel Petit y Lilian Thuram, entre otras estrellas.
Sin embargo no todas son buenas para Rybolovlev, ya que los demás equipos de Le Championnat –con el millonario PSG incluido- pusieron el grito en el cielo por la exención de impuestos que recae sobre los habitantes del principado, lo que, consideran, le da ventajas al Monaco a la hora de atraer cracks mundiales. La Federación Francesa de Fútbol ya tomó cartas en el asunto y obligó al club a trasladar su domicilio fiscal a Francia, o en su defecto ajustarse a una multa de 200 millones de euros. Rybolovlev no considera justa ninguna de las dos opciones, y amenazó con batallar en la justicia. Mientras tanto sigue rompiendo el mercado para poblar de figuras a su nuevo capricho.

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