jueves, 1 de enero de 2009

Dream Team: Estados Unidos en Barcelona 1992


Los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 se distinguieron por su imponente inauguración, por el regreso de Sudáfrica luego de 28 años de suspensión por el Apartheid y por el inolvidable Dream Team. La selección de básquetbol de Estados Unidos, compuesta por primera vez por jugadores de la NBA, ganó la medalla de oro promediando 44 puntos de diferencia por partido ante sus rivales, y dejando un legado imborrable como uno de los mejores equipos de la historia del deporte. 
El Dream Team comenzó a gestarse después de los Juegos de Seúl 88, en los que los universitarios estadounidenses no pasaron del bronce. David Stern, el comisionado de la NBA, confirmó que los juveniles ya no valían oro, y empezó a presionar para que sean admitidos en las olimpiadas los jugadores profesionales. En 1989 se trató el tema en la FIBA y, salvo la Unión Soviética, ninguna potencia votó en contra de la apertura hacia los basquetbolistas de la NBA. Estados Unidos, entonces, podría contar con sus estrellas en Barcelona 92. 
Para formar el equipo que se presentaría en los Juegos fue designado Chuck Daly. El entrenador que se había consagrado con los “Bad boys” de Detroit Pistons -bicampeones de la NBA en la década del ochenta- logró convencer al comisionado con un argumento irrebatible: “Pude domar el carácter de un equipo de bestias, nadie es mejor que yo para gestionar los egos ajenos sin que todo se desmadre”. 
El primer jugador confirmado por el entrenador fue Magic Johnson, la estrella de Los Ángeles Lakers que había asombrado al mundo al afirmar que era portador de HIV. El propio Magic, tiempo después, se encargó de convencer a Larry Bird, que se retiraría en diciembre de 1992, para que formase parte del equipo. “Llamé a su culo blanco y le dije ‘vamos a jugar’. Necesitábamos esa emoción una vez más. Larry, que dudaba porque tenía problemas físicos y no quería sacarle el lugar a un universitario, terminó aceptando”, contó Johnson cuando el Dream Team fue incluido en el Salón de la Fama del Básquet. 
A Magic y a Bird se sumaron Charles Barkley, Clyde Drexler, Patrick Ewing, Karl Malone, Chris Mullin, David Robinson y John Stockton. El soberbio equipo que había prometido Daly iba tomando forma, pero aún faltaba la frutilla del postre. Michael Jordan no estaba decidido a jugar en Barcelona, porque ello alargaría su agotadora temporada y recortaría sus vacaciones, aunque la convocatoria de Scottie Pippen –su ladero favorito en Chicago Bulls- y la presión de Nike convencieron a MJ. Estaban los once jugadores NBA. El restante saldría de la NCAA, la liga universitaria que hasta entonces había nutrido a todos los equipos olímpicos de Estados Unidos desde Berlín 1936. 
La elección del último integrante del plantel no quedó exenta de polémicas. Shaquille O’Neill, por entonces pivot de Louisiana State y primer drafteado de la temporada, era apuntado como la estrella indiscutida de la liga universitaria y lideraba todas las apuestas. No obstante, el elegido resultó ser Christian Laettner, de la Universidad de Duke. Craig Sager, uno de los periodistas más reconocidos de la NBA, sostiene que la convocatoria de Laettner obedeció a la necesidad de incluir otro jugador blanco en un equipo liderado por afroamericanos. El comisionado Stern quería cambiar la concepción de un mundo que veía al básquet como un deporte practicado únicamente por jugadores negros.
El gran ausente entre las figuras de la NBA fue el excéntrico Isiah Thomas, líder de los “Bad boys” de Detroit Pistons, que mantuvo enconadas disputas con Jordan y otros miembros del Dream Team por sus conductas antideportivas. Según Magic, nadie lo quería en el equipo, menos aún cuando Thomas, una vez que Johnson admitió ser portador de HIV, dijo públicamente que el sida era una enfermedad de homosexuales. 
Con el equipo confirmado, el debut de Estados Unidos fue ante Cuba, en el Torneo de las Américas de Portland. El Dream Team ganó 136-57 en un anticipo de lo que se vería en Barcelona. 
Estados Unidos se presentó en los Juegos Olímpicos ante Angola. La victoria 116-48 fue la confirmación del buen funcionamiento del equipo en los entrenamientos y también del fenómeno que causaría aquella constelación de estrellas. Los angoleños fueron los primeros rivales que se apresuraron antes del partido para sacarse fotos con sus ídolos de la NBA. También por primera vez se vio a Larry Bird tumbado en el suelo, al lado del banco, con hielo en los tobillos. Sería una escena repetida durante las dos semanas de competición. Los problemas físicos del Pájaro eran seguidos de cerca por las cámaras. 
El segundo rival fue la Croacia de Petrovic, Kukoc y Radja. El Dream Team ganó 103 a 70 y agigantó sus diferencias respecto del resto. Si los herederos de los Balcanes no habían podido parar a los estadounidenses pues entonces nadie podría hacerlo. A ello le siguieron sucesivos triunfos de primera ronda ante Alemania (111-68), Brasil (127-83) y España (122-81). 
El Dream Team, que en cuartos de final eliminó a Puerto Rico con un 115 a 77, lejos estaba de respetar el espíritu olímpico. Sus integrantes eran egocéntricos, los entrenamientos se convertían en auténticas batallas entre los partidarios de Jordan y los discípulos de Magic, y no dormían en la villa junto al resto de las delegaciones, sino en el lujoso hotel Ambassador de Barcelona. Allí los jugadores tenían un par de pisos cerrados a su disposición, y compartían gran parte del tiempo con sus familias o con amigos.
El rival en semifinales fue la Lituania post-soviética y, a pesar del poderío que conservaban los bálticos luego de la división, Estados Unidos ganó con comodidad 127 a 76. El Dream Team definiría la medalla de oro contra Croacia, a quien ya había enfrentado en la ronda inicial. Aquel partido no fue muy diferente a los demás, y Estados Unidos mostró un dominio insoportable. No obstante, los europeos fueron los únicos capaces de ponerse al frente ante Jordan y compañía. Lo lograron con un doble de Arapovic para cerrar un parcial de 25-23. Sin embargo, el Dream Team reaccionó y logró un triunfo definitivo por 117-85. 
Estados Unidos ganó la medalla de oro marcando más de cien puntos en todos los partidos. Jordan fue la bandera, Magic el espectáculo y Barkley el máximo anotador -18 tantos de promedio-. Malone, Bird, Mullin, Pippen, Robinson y Ewing acompañaron con un nivel asombroso. Chuck Daly no necesitó pedir ni un solo tiempo muerto durante todos los Juegos. “Es que no tengo nada para reprocharles”, se justificaba el entrenador. El Dream Team puso a sus pies a todos los espectadores del mundo. “Siempre he dicho que sólo podríamos vencernos a nosotros mismos”, afirmó, no con poca razón, MJ. Aquel equipo, efectivamente, competía contra sí mismo. Cada función era mejor que la anterior. Diez de los doce jugadores de ese plantel engrosaron, en 1996, la lista de los 50 mejores basquetbolistas de la historia. Fueron capaces de hacer todo lo que la gente esperaba de ellos. Y más también.

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