Los años sesenta fueron los más inestables a nivel político en la sociedad mundial, la lucha de egos de las principales potencias universales hacían que el mundo este sentado sobre un polvorín mientras la Guerra Fría estaba en pleno apogeo con la crisis de los misiles que ponía en vilo a los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Soviética. Entre tanta tensión había un jovencito atrevido que tenía la pelota como compinche y hacía travesuras en Old Trafford maravillando al público del Manchester United.
Ese jovencito habilidoso, carismático y extrovertido no era otro que George Best, el norirlandés que asombraba al mundo con sus gambetas y su velocidad. Pocos en ese entonces creían que se convertiría en una leyenda de los Red Devils, sin embargo el tiempo lo junto con Bobby Charlton y Dennis Law, los tres formaron una temible delantera que fue bautizada como la Santísima Trinidad y colaboraron con la causa de un equipo que apenas se estaba recuperando del desastre aéreo de Munich.
El United por aquellos años volvía a reconstruirse con Matt Busby en el banco y lograba dos Ligas Inglesas, pero la explosión del “Quinto Beatle”, tal cual era apodado Best, se produjo en la temporada 1967/1968, allí los Diablos Rojos vencieron en la final de la Copa de Europa al Benfica de Eusebio en Wembley y se consagraron campeones del Viejo Continente por primera vez en su historia gracias a un golazo de George Best, que luego del partido decisivo fue condecorado por la revista France Football con el Balón de Oro.
Pero su repertorio no se alimentó simplemente de su magia, de su creatividad, sus regates y su explosión dentro de un campo de juego, sino que también se hizo grande en los bares, siempre tuvo problemas con el alcohol, lo que nos privó de disfrutarlo un par de años más al máximo nivel. La fama le puso al alcance de la mano a las mujeres más lindas, sobre esto alguna vez dijo “he gastado mucho dinero en mujeres, alcohol y coches. El resto lo he despilfarrado".
Su adicción al alcohol lo puso entre la espada y la pared a fines del siglo pasado cuando le tuvieron que practicar un trasplante de hígado para salvarle la vida, sin embargo jamás pudo abandonar sus vicios y tras una larga agonía donde intentó ser ejemplo de muchos mostrando al periódico News of the World su estado de salud acompañado de un cartel que rezaba “no muera como yo”, falleció a causa de una hemorragia interna el 25 de noviembre del 2005 a los 59 años de edad.
Su muerte enlutó al mundo entero y a su funeral asistieron cerca de cien mil personas, el fútbol inglés le dedicó un minuto de silencio en todos sus partidos y el Manchester hizo una mención especial sobre su fallecimiento. Así nos dejaba una de las grandes figuras de la historia del fútbol mundial, y se llevaba con él, a la fabulosa persona que fue.
Muy buena temática Matías. Continúa trabajando así.Saludos
ResponderEliminarMatias siempre sorprende agradablemente con articulos sobre jugadores legendarios. Dentro y fuera de la cancha, George Best dejo huella.
ResponderEliminarSaludos.
"hace años me dije que si me daban a elegir entre marcar un golazo al liverpool o acostarme con Miss Mundo iba a tener una dificil elección. afortunadamente, he tenido la oportunidad de hacer ambas", George Best.
ResponderEliminarMe despido. Saludos
Si te interesa intercambiar links mi direccion es: www.informesdeseleccion.blogspot.com
Un verdadero Best en todo el sentido de la palabra en su idioma original.
ResponderEliminar“no le pega con la izquierda, no cabecea, no defiende y no marca muchos goles. Aparte de eso, está bien” me parece una genialidad como las que hacía en el verde césped inglés.
Beso Matías.
Leerte es un placer!
Best fue uno de los señalados por los dioses para ser uno de los grandes. Desgraciadamente pocos lo incluirian en un hipotético TOP10 de los mejores de la historia. Le falto desciplina, seriedad y cabeza. Otro caso parecido: Ronaldinho.
ResponderEliminarSaludos desde Sillegaaentraresgol