La historia de Leandro Depetris es, como mínimo, llamativa. Nacido en San Vicente se inició en Brown de su pueblo natal y a los once años tuvo el primer contacto con el fútbol grande: una tapa de Olé que anunciaba que el pibe se iba a jugar a Italia contratado por el Milan le dio popularidad de la noche a la mañana. En los finales de los noventa y cuando el scounting de juveniles no estaba tan asentado como ahora, la decisión de la familia de aceptar el llamado del Rossonero fue muy criticada.
Finalmente Depetris viajó a Italia en abril del 2000 y se incorporó durante un mes a las filas del Milan en condición de evaluado. Vaya uno a saber que salió mal en ese momento para que luego de superada la prueba, el santafesino sea enviado nuevamente a su país sin fecha de regreso.
Volvió a la Argentina para jugar en River y en las inferiores la rompió al lado de Gonzalo Higuaín y de Diego Buonanotte. Con la esperanza renovada y un supuesto futuro por delante, el Calcio volvió a llamar a su puerta y en esta oportunidad fue el Brescia quien confió en él a los dieciséis años.
Tras pasar dos años en la reserva del Biancoazzurri hizo su debut con gol incluido en el primer equipo cuando este aun militaba en la Serie B. Tras veinticuatro partidos disputados en la temporada 2006/2007 donde según él llegó a jugar en el Stadio Mario Rigamonti “contra la Juventus, Parma y Torino con veinte o treinta mil personas en las tribunas”, inexplicablemente dejó de contar para el técnico de turno.
Regresó al país en busca de oportunidades con un prontuario al menos dudoso y el que se fijó en él fue Comparada, presidente de Independiente de Avellaneda. Lo citó en Villa Dominico para firmar el contrato y hacer la presentación y a los veinte años el pibe que se había ido a hacer la América a la inversa volvía con la cola entre las piernas y con el tibio objetivo de reinventarse.
Aquellos que siguen la actualidad del Rojo dicen que Depetris llegaba siempre tarde a los entrenamientos, fuera de estado y que incluso tenía problemas dentro del grupo, donde nunca logró insertarse. Así no sorprenden los números: en un año en Independiente apenas acumuló diez minutos oficiales, frente a Estudiantes, y un tiempo en el torneo de verano contra San Lorenzo.
En el mismo silencio en el que llegó se fue sin mayores impedimentos. Una vez más en Italia, superó una prueba en el modesto Gallipoli de la Serie B que en noviembre pasado se declaró en quiebra y dejó a todos sus jugadores en la calle con una deuda monstruosa. El entrenador era Giannini, el ex jugador de Roma y Napoli quien aseguró que en más de una oportunidad fue el cuerpo técnico quien tuvo que pagarle el almuerzo a los jugadores que no tenían ni para comer. Depetris no escapaba a esa suerte.
Para seguir con la escalera intentó regresar a la Argentina. Una vez más se calzó el buzo de prueba y trotó a las órdenes de Carlos Trullet, el entrenador de Atlético de Rafaela quien le bajó el pulgar automáticamente y lo dejó a los veintitrés años sin club y ya, seguramente, sin la posibilidad de volver a Italia para intentar explotar definitivamente en los duros terrenos del Calcio.
Interesante y llamativa historia, sin duda. Un jugador que fue de lo máximo a los 15 años a lo mínimo a los 23...
ResponderEliminarNo creo que haya muchos casos similares.
Saludos!
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GRACIAS SALUDOS..JORGE
curiosa historia...
ResponderEliminarMuy buenas, www.mallorketas.com ya está abierta de nuevo, visitad la página y opinad sobre el nuevo diseño. Muchas Gracias!
ResponderEliminarSaludos.
Yo creo que jugadores asi salen pocos con esa edad el futuro pues ya nos podemos imaginar la historia muy curiosa si señor ¡ saludos ¡
ResponderEliminarEn el fútbol, como en la vida misma, lo difícil no es llegar, sino mantenerse.
ResponderEliminarQuizás llegó demasiado pronto. No supo valorar el esfuerzo de llegar a la cumbre y ahora lo está pagando. Lástima de todos aquellos que creen que son alguien, cuando lo que realmente son es gaseosa.
Una historia importante aunque me parece que el error fue llevarlo desde muy joven a Europa. Se la pasó llendo y viniendo y nunca pudo insertarse definitivamente en un equipo. Los problemas de conducta parecen ser reiterados y no han ayudado quizás a un chico que se creyó más de lo que era.
ResponderEliminarAbrazo
Buen repaso a la carrera de este futbolista que evidentemente ha tenido enormes fallos de criterio a lo largo de su corta pero trepidante carrera. Todavía me acuerdo cuando se lo llevó el Milán y cuando gozó de cierta confianza en el Brescia. Una lástima porque pintaba mucho y terminó en nada.
ResponderEliminarSaludos!!
El eterno dilema de si es conveniente que un futbolista explote tan pronto. El triunfar de tan jóvenes, al final le acaba pasando factura.
ResponderEliminarSaludos.
A lo mejor no es inventado, a lo mejor tenia todo para ser un crack pero no tenia el espiritu de sacrificio y lucha que este deporte exige ademas del talento... porque si tenes las condiciones y la aptitud, pero no la actitud, no vas a llegar lejos en los deportes.
ResponderEliminarYo tengo amigos venezolanos que jugaban conmigo y que eran unos cracks a los 14, 15 años, pero no les gustaba estudiar, ni entrenar, ni escuchar las indicaciones de los directores tecnicos, eran fiesteros como casi todo muchacho de 14, 15 años, y pues no ''cuajaron'' porque la irresponsabilidad pudo que sus talentos, y hoy solo dan para jugar caimaneras (en Venezuela, partidos entre amigos).
Ultimamente supe que uno de mis ex-compañeros en el Sub 17 de la Casa D'Italia de Maracaibo (de donde salio el camiseta 10 Johandry Orozco, el del famoso gol ''maradoniano'' en el pasado Sudamericano Sub 20 de Peru y que ha firmado con el Wolsfburg de la Bundesliga), un crack que driblaba y regateaba como nadie y que era un espectaculo verlo jugar, supe luego que habia aparecido muerto debajo de un puente con un par de puñaladas, estaba metido en el mundo de las drogas y eso hizo que no tomara en serio el futbol y eventualmente le costo la vida.
Pero tambien puede ser que un jugador que pintaba para crack no explote todo el potencial debido a que no puede con la carga de expectativas que lleva sobre sus hombros, y en el camino se dispersa esa esperanza porque ya nadie cree en él.
Interesante historia. Una lastima que haya terminado asi, si tenia condiciones.
ResponderEliminarche Matías me está gustando mucho tu blog, estas notas las escribís muy bien y de paso, informás y das interés del modo en que lo contaás, reitero mis felicitaciones!
ResponderEliminarsaludos!
pobre depetris
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